UTIs and your pelvic floor

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son relativamente frecuentes, pero a menudo es difícil identificar una causa exacta. Dado que las infecciones urinarias son comunes, a menudo podemos observar que pasamos por alto los signos insidiosos que indican una causa subyacente más grave, como la disfunción del suelo pélvico.

Pero primero, ¿qué es una infección del tracto urinario?

Una infección del tracto urinario (ITU) es una infección en cualquier parte del sistema urinario. Esto puede incluir los riñones que producen la orina, o la vejiga que la almacena, hasta la uretra que libera la orina.

Muchos casos de UTI no presentan síntomas y se resuelven por sí solos. Sin embargo, si se encuentra con uno de los siguientes síntomas, podría ser una indicación de una infección del tracto urinario:

  • Una sensación de ardor al orinar
  • Urgencia para orinar
  • Mayor frecuencia de pausas para orinar
  • Dolor o malestar pélvico
  • Cambios en el color y el olor de la orina

Si bien tener orina turbia o manchada de sangre puede considerarse un signo de infección subyacente, no siempre está presente entre las UTI.

Los signos más graves de una infección en la parte superior del tracto urinario pueden incluir dolor de espalda, fiebre, escalofríos y vómitos. Estos signos deberían indicarle que reciba asistencia médica inmediata.

¿Qué tan comunes son las ITU?

Las personas con vagina corren un mayor riesgo de desarrollar una infección del tracto urinario, principalmente debido a su anatomía física. Se estima que alrededor del 60 % de estas personas podrían experimentar una infección urinaria en algún momento de su vida. Esto se debe al fácil paso de bacterias desde la región perianal al tracto urinario. El riesgo de infección aumenta significativamente después de las relaciones sexuales, lo que lo convierte en el factor de riesgo número uno que contribuye al desarrollo de una ITU.

Aunque a menudo asociamos las prácticas de higiene con las infecciones urinarias, no existe un vínculo significativo entre las dos. Sin embargo, se ha observado una fuerte asociación entre el vaciado de la vejiga y el riesgo de infecciones urinarias. Esto significa que no orinar cuando sienta la necesidad de hacerlo, especialmente después del coito, aumenta drásticamente el riesgo de desarrollar una infección urinaria.

Otros factores contribuyentes incluyen diabetes, antecedentes de infecciones urinarias previas, antecedentes familiares de infecciones urinarias y deficiencia de estrógeno.

La mayoría de las UTI se resuelven solas en una semana más o menos. La forma más efectiva de controlar una UTI es a través de un ciclo de antibióticos recetados.

¿Cómo se vinculan las infecciones urinarias y el suelo pélvico?

El piso pélvico es esencialmente una barrera que separa y protege los órganos internos de sus conductos externos. Brinda apoyo a los órganos pélvicos, como el intestino, la vejiga, la vagina y el útero, además de mantener el control de los esfínteres tanto para orinar como para defecar. En esencia, tiene varias funciones voluntarias e involuntarias que realiza a lo largo del día.

La incapacidad del suelo pélvico para realizar su función habitual, que es contraerse y relajarse durante la micción y la defecación, puede sugerir una disfunción subyacente del suelo pélvico.

Las personas que tienen disfunción del piso pélvico a menudo pueden experimentar una incapacidad para controlar la acción de sus esfínteres. Un signo de esto es la incapacidad para orinar cuando se requiere, o en el extremo opuesto, la fuga de orina.

Al revisar el panorama general, la disfunción del piso pélvico puede limitar su capacidad para evacuar completamente la vejiga y los intestinos. Esto podría provocar infecciones urinarias, ya que las bacterias prosperan en la orina evacuada de forma incompleta.

Dado que los signos de disfunción del piso pélvico pueden superponerse con los de una UTI, el diagnóstico puede retrasarse. Ambas condiciones pueden presentarse con episodios recurrentes de dolor al orinar, pérdida de orina, dolor durante las relaciones sexuales y malestar pélvico. Esto puede formar un círculo vicioso y el tratamiento puede estar dirigido únicamente a las infecciones urinarias recurrentes, y no a la causa subyacente, que es la disfunción del suelo pélvico.

Hable con su médico si cree que sus infecciones urinarias recurrentes podrían estar ocultando algo más.

Manejo de infecciones urinarias relacionadas con la disfunción del suelo pélvico

Junto con los análisis de orina que evalúan la infección subyacente, su proveedor de atención médica debe evaluar la fuerza de los músculos pélvicos, la distensión muscular y usar un perineómetro para evaluar la fuerza del suelo pélvico.

Si su UTI recurrente se ha asociado con una disfunción del suelo pélvico, podría beneficiarse del entrenamiento del suelo pélvico. Al hacer el entrenamiento del suelo pélvico, recuperará la fuerza del suelo pélvico y la capacidad de controlar los esfínteres que, a su vez, podrán vaciar completamente la vejiga y el intestino.

Con mucho, el mejor tratamiento para la disfunción del suelo pélvico es la fisioterapia. La terapia del suelo pélvico se centra tanto en contraer como en relajar el suelo pélvico de forma consciente. La fisioterapia también funciona para combatir el estrés, fomentar una respiración eficaz y mejorar gradualmente la fuerza del suelo pélvico.

Escrito por la Dra. Michelle Frank, consultora de salud de la India.

 

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